Mis compañeros de trabajo me odian.
Los seres humanos establecemos lazos de amistad con los compañeros de estudio, de trabajo, de iglesia, de club, etc; si surgen problemas en la mayoría de los casos, esos amigos de grupos dejan de serlo y no nos preocupamos más de sus vidas, el problema realmente grave se da cuando los compañeros de trabajo dejan de ser amigos y se convierten en los enemigos del trabajo.
Sientes que te odian y acercarte a tu lugar de trabajo es por demás una tortura. El consejo primario sería dejar ese empleo e ir a uno donde te sientas cómodo, pero con los tiempos que corren, cambiar de empleo es casi idílico; así que toca afrontar de la mejor manera posible la situación incómoda que se vive en el lugar de trabajo.
Pregúntese primero si es real “el odio o rechazo que percibimos”, sea honesto consigo mismo, ¿es mi percepción o realmente está pasando algo?.
Para no darle importancia a este tipo de situaciones y que terminen por dañar tu autoestima, te invitamos a tomar medidas para que tus emociones salgan bien libradas de esta situación:
- Evalúa tu entorno laboral y de todos los compañeros que según tú, te odian, elige al menos “odioso” y salúdalo, acércate a él y no te tientes a comentar con él lo que vives, empieza a entablar lazos reales de relación laboral, sin tensión.
- Si en la hora del almuerzo, es cuando más percibes el rechazo de grupo, busca una actividad que te “obligue” a salir de tu trabajo, camina media hora como ejercicio, ve a un gimnasio, toma una siesta, lee un libro, escucha música relajante, Etc. Todo aquello a lo que le das importancia la tiene.
- Lleva en tu cartera, en tu dispositivo o agenda una foto de tus seres amados, por una persona a la que no le gustes hay cinco que te adoran.
- Si es posible, aclara las situaciones que han originado el desgaste en las relaciones de trabajo, si no se puede porque no te o permiten las actitudes del resto, no olvides siempre ser educado, saludar a TODOS, ser amable en todo momento y sobre todo recordar que ellos son los que te tratan así, tu siempre los tratas bien y no hablas de ellos a sus espaldas (piénsalo y cúmplelo).
Recuerda que nadie puede hacerte sentir mal a menos que lo permitas.