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viernes, 22 de noviembre de 2013

No me gusta mi reflejo.

¿No les ha pasado alguna vez que se observan al espejo y no les gusta lo que ven? Pues bueno, eso no se llama ni depresión, ni bipolaridad ni nada. Hoy en día esos términos son usados para describir estos sucesos, así que hoy hablaremos acerca de lo que nos ocurre esos días que no nos sentimos bonitos o bonitas.

En el aspecto psicológico, observarnos al espejo requiere que tengamos un sentido "sano" de la percepción de nosotros mismos. (No es lo mismo que una persona que sufre de Anorexia se vea a un espejo. ¿entienden?) al observar nuestro reflejo solemos ser personas superficiales, nos fijamos primero en nuestro físico, principalmente quizá en las "imperfecciones".

Algo común es compararnos con otras personas, buscamos semejanzas o diferencias de un canon ya establecido. Algunas veces el simple hecho de mirarnos al espejo puede desperar pensamientos no muy agradables de nosotros mismos. Cosas como. "Estas un poco gordo" "Ese vestido te hace ver fea" y muchas cosas más, y lo peor es que si no controlamos estos comentarios mentales sobre nosotros mismos pueden volverse en contra nuestra, perjudicándonos y dañando esa imagen que tenemos de nuestra persona.

A medida crecemos, las cosas que vivimos, la educación a la que somos sometidos, las situaciones de vida, la percepción propia y los pensamientos y recuerdos que nos acompañan, las emociones y la actitud que vamos adquiriendo a lo largo de nuestro crecimiento determina nuestra auto imagen, en ella englobamos todo esto antes mencionado y lo volvemos una descripción de nosotros mismos. Y extrañamente solemos confundirlo con lo que piensen los demás de nosotros.

Es bien sabido que la imagen corporal es una parte muy importante de nuestra autoestima y que en determinadas edades cobra mucha más relevancia, pero, como hemos definido anteriormente, al hablar de auto imagen hemos hecho referencia a la imagen corporal por lo que ésta no sólo se trata de características objetivas (peso, color de ojos…) sino de otras muchas cosas.
La percepción selectiva de determinados aspectos físicos, los pensamientos y actitudes sobre él, las emociones asociadas y los comportamientos relacionados con el cuerpo, forman la clave de ese reflejo, sobre el que, aunque parezca difícil, tenemos mucha influencia.
Puede desagradarte tu cuerpo o incluso puedes llegar a odiarlo, pero quizás estés tapando otros aspectos de tu autoimagen que pueden hacerte reflexionar y por consiguiente hacer que veas de otra manera aquello por lo que tanto sufres.
Crees que tus éxitos o fracasos son debidos a tu imagen corporal?, ¿Crees que te valoran en función de tu cuerpo?, si tu respuesta es afirmativa, tal vez quede preguntarte, ¿Cómo crees que esto está influyendo en tu autoestima?
No hay que olvidar que nada es fruto del azar y que muchas de nuestras ideas se han ido formando a partir de múltiples influencias biológicas, psicológicas y socioculturales, pero… ¿Por qué no cambiarlas para mejorar nuestro bienestar?



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